"Quizás hubo algo de drama, pero no fue premeditado. Fuimos hermanas durante años. Al final del día, ella es una joya, y le estoy muy agradecida. La gente puede decir la mierda que quiera, pero ambas sabemos que lo pasé mal en la última gira (Drowned World Tour). Me había roto las piernas, y tuve que aprender a andar y a bailar de nuevo. Hice la gira, pero con heridas. Etuvo bien, pero fue muy doloroso. Para el Re-Invention Tour, en 2004, yo ya tenia 41 años y estaba embarazada. Ella no me llamó, y mi ego, claro, intervino: "Oh, ya no me quiere". Pero al final, el que no me llamara fue un regalo, porque puede pasar todo el tiempo con mi niño, y haciendo la música que me gusta hacer. Seguimos siendo "familia". Ella sabe que le quiero, y ella a mí."
Sobre la coincidencia de que su sustituta en las dos últimas giras se llame como ella (Nikki Richards), bromea: "Ella puede tener una Niki 2, si quiere"
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