domingo, 11 de julio de 2010

ESTILISMO DE PANTALLA PEQUEÑA: NOTHING REALLY MATTERS


Madonna ha hecho muchos trabajos inspirados a lo largo de su carrera. Hay ocasiones en que sus vídeos rezuman un estilo hiper-depurado, bebiendo de fuentes muy profundas para el paladar del gran público en general, y llenos de un simbolismo que no cualquier ojo es capaz de dilucidar. En cualquier caso, ella, como cualquier otro artista auténtico, no cree deber explicar el significado de su trabajo, ya que lo importante de su creación es lo que provoca en cada individuo, más de lo que influyó e inspiró en el proceso...

El caso que nos ocupa no entra dentro de ese grupo. Y el único motivo es que lo que inspiró esta creación fue su pasión por el libro Memoirs of a Geisha, de Arthur Golden, que se convirtió en el gran best-seller de finales de los 90. Por lo tanto, cualquiera que viera en aquel momento Nothing Really Matters (Ray Of Light, 1998), lo relacionaría automáticamente con Memoirs of a Geisha.



Pero en esta ocasión Madonna iría más allá. Sentía, como decíamos, pasión... Fue algo así como la evolución lógica y aún más oriental de la Madonna mística que emergía de cada surco del álbum Ray Of Light. Como si el espíritu de alguna Geisha se hubiera apoderado de ella. Así fue como desde el verano de 1998 hasta bien entrado 1999, Madonna FUE una geisha. Su actitud, su vestuario, su maquillaje...




Y el punto culmen de esta re-encarnación: Nothing Really Matters.


La portada del single, que fue el último extraído de Ray Of Light, (y que constituyó la última ocasión en la que Madonna llegó a publicar cinco sencillos de un sólo álbum) fue una extraña foto de Luis Sanchis, perteneciente a una sesión que, en nuestra opinión, no ha pasado a la historia. El diseñador, esta vez, y tras las maravillosas portadas del álbum y los singles anteriores, era Kevin Reagan. Y tampoco se lució.

El vídeo era otra pequeña obra maestra, que se rodó entre el 9 y el 10 de enero del 99. Las imágenes de Madonna se grabaron en los Silvercup Studios, en Long Island, NYC. Y el resto, curiosamente, en un reactor abandonad en el Royal Technological Institute de Estocolmo, en Suecia. Dirigido por Johan Renck, que ofrecía con sus colores una perfecta comunión con la canción. Ambos eran tecnológicos y fríos, pero con la impronta clásica de Madonna, siempre empeñada en demostrar que la electrónica no tiene por qué ser insensible. Ya que Nothing Really Matters, siendo un número de baile puramente electrónico, emerge como la inspiración más clara de la aparición de Lourdes María en la vida de su madre, y se convierte en algo cálido, tras unirse la letra y el tono de voz con el que es interpretada.


El vídeo comienza con una imagen de Madonna, con una bolsa de aire en brazos, a modo de bebé, vestida con un kimono negro (tristeza y anhelo de una felicidad real) y el rostro con la pintura blanca de base típica de las geishas. Esta se añadía sobre el bintsuke-abura, aceite o cera que ayudaba a mantener la pintura. El polvo blanco se aplicaba con brochas de bambú, y tradicionalmente se usaba en rostro, cuello, pecho y manos. Un detalle a apreciar en la personificación de Madonna es que utiliza también el rojo en los ojos y cejas, algo que hacían tan sólo las Maiko, geishas jóvenes o aprendices.


Mientras vemos escenas de personajes orientales en lo que aparenta ser un manicomio, como metáfora del mundo en que M se desenvuelve en la vida real, ella interpreta la canción en un estrecho pasillo forrado de madera, esta vez bailando con sus típicos movimientos de la época, ya terminada de maquillar, con un kimono rojo y subida a unas plataformas, similares a los altísimos zuecos que usaban las Maiko, llamados Okobo. En este momento del vídeo, un ojo profesional puede apreciar el uso de unos efectos especiales curiosos. Veíamos la imagen de frente a la cámara, y durante un momento cortísimo, ésta parecía girar alrededor de Madonna unos 90º, para volver inmediatamente a su lugar. Todo en decimas de segundo... En otras escenas, ya con más personas, unas se movían a velocidad normal, mientras otras alrededor lo hacían ralentizados. Al parecer, Nothing Really Matters fue una de las primeras grabaciones que se realizaron con un nuevo tipo de cámara, que posteriormente hemos visto en infinidad de películas de acción, repletas de efectos. En el caso de NRM le valieron una nominación a los Mtv Awards de 1999.


Durante el puente de la canción, parte en la que sobresale la melodía de la voz, vemos a la Madonna Geisha, rodeada de ayudantes, mientras canta "Nada hace alejarse al pasado, como el futuro. Nada hace alejarse a la oscuridad, como la luz. Eres protección contra la tormenta. Dame comodidad, en tus brazos...." Ya en 1998-99, Madonna había comenzado a estudiar la Cábala....



Exceptuando a Madonna y sus ayudantes-Maiko, el resto de las escenas que vemos están protagonizadas por una colección de orientales, practicando movimientos de Butoh. El Butoh es un movimiento artístico, una colección de técnicas de danza, creadas en Japón, tras la 2ª Guerra Mundial, por Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata. La trágica base de la inspiración para el Butoh, fueron las víctimas de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, que eran fáciles de ver durante la década siguiente a la guerra, caminando por las calles tullidos, con quemaduras o mutilados, como una suerte de zombies vivos... La interpretación del Butoh está basada en el cuerpo, desnudo o pintado de blanco, y tan sólo la luz como escenografía. El minimalismo llevado al límite. Al fin y al cabo, el origen del Butoh estaba en la busqueda de un nuevo Cuerpo, el Cuerpo post-guerra.



Para finalizar el vídeo, y acompañando al crescendo que nos acerca al final, Madonna baila, imbuída también por el Butoh. Los gestos de su cara, sus movimientos, nos hacen pensar en la locura, en la insalubridad mental... Qué si no es, tanto el Butoh, como la vida de una Geisha....





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El kimono rojo con el que Madonna baila, fue diseñado por Jean Paul Gaultier. Sería utilizado de nuevo en la apertura de la gala de los Grammy 99, donde interpretó una inspiradísima versión de Nothing Really Matters, acompañada de Donna DeLory y Niki Haris. Posteriormente sería re-inventado para el Drowned World Tour (2001), donde, a pesar de que la canción no formaba parte del repertorio, la inspiración ocupaba todo un segmento, incluyendo además un vídeo original para el tema Paradise (Nor for Me), del álbum Music (2000), y que estaba muy relacionado con Nothing Really Matters...




Una muestra de Kimono de Geisha original





















En la cultura milenaria japonesa, la nuca, el cuello, o las muñecas de una mujer, constituyen una zona erótica, como en occidente puedan ser los senos, o las piernas. Es por esto que las Geishas dejaban al aire la nuca y parte de la espalda, y la adornaban con dibujos que, en realidad, era la piel sin pintar. Tradicionalmente, dejaban una zona en forma de V o de W. Madonna también nos muestra en NRM la forma de hacer estos dibujos.

Otra curiosidad, poco conocida, es que en origen, Geisha era un termino que se utilizaba para denominar a hombres. Su cometido era prácticamente el mismo que para las Geishas que todos conocemos: Dominar diferentes actividades artísticas, entretener... Tanto es así, que originalmente, las mujeres eran llamadas Onna Geisha, literalmente: Geisha Mujer. Poco a poco, los Geishas masculinos fueron declinando, y hacia 1800, la práctica totalidad de Geishas en Japón eran mujeres.

Madonna y su etapa Geisha

En esta ocasión, su re-invención como Geisha, no bastó a Madonna para un vídeo clip. Pasó meses con esta imagen de pelo negro ala de cuervo, peinado con la raya al medio y maquillaje que nos recordaba a las artistas japonesas.









Pudimos verla en muchos actos públicos con este look, hizo una sesión de fotos con Patrick Demarchelier para la revista Harper´s Bazaar que constituyeron unas imágenes de belleza deslumbrante, e incluso dos años después lo retomó para el Drowned World Tour.

Imágenes de Madonna en Harper´s Bazaar, por Patrick Demarchelier

Concluimos, apreciando los esfuerzos de Madonna y sus colaboradores por hacer del vídeo clip todo un arte, a lo largo de los años. Con fuerza, con simbolismo y significado. Apenados observamos como ésto prácticamente pasó a la historia, toda vez que las compañías discográficas cada vez recortan más sus presupuestos para promoción, debido a la enorme crisis del sector. Pero podemos alegrarnos de que Madonna emergió junto al vídeo, y juntos crecieron, y juntos llegaron a lo más alto. Así, es la artista con más vídeos de la historia, y la que más galardones ha ganado en su carrera gracias a éstos.

Esperamos que algun día, el vídeo-clip vuelva a ser lo que era...

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