Hasta que llegó Madonna. Para mucha gente joven, esto puede parecer una exageración. Pero para los que vivimos aquél momento, no olvidamos las críticas a esta chica, que hacía todo lo que hacían los hombres del rock, sin ningún tipo de pudor, y por ello era vapuleada por la prensa, y parte del público. Yo, que tenía unos 13 años, me preguntaba por qué la odiaban tanto.... Al fin y al cabo, sólo era una cantante más, pero con mucho magnetismo. Hoy en día lo entiendo. El motivo es que era una mujer. Exclusivamente. Era una mujer al frente de un escenario, mandando, imponiendo sus reglas. Algo nunca visto antes. Y era una mujer... Inaceptable. Hoy en día lo entiendo. Y afortunadamente, la gente más joven, no lo entiende....
WHO´S THAT GIRL WORLD TOUR
En 1987, Madonna era ya la cantante de más exito de la década, y tenía toda la pinta de seguir subiendo. Aún era muy joven, y estaba algo borracha de éxito. Pero su disciplina, su afición al deporte y la salud, y su extremo amor por sí misma, la mantuvieron alejada de precipicios muy habituales para otras contemporáneas suyas. Su primera gira de conciertos, dos años antes, no la había sacado de Estados Unidos, donde reinó durante y después de Like A Virgin. Pero ahora ya había pasado el boom de True Blue, que se había convertido en el disco más vendido de la historia por una mujer. Habían pasado las modas de Papa Don´t Preach o La Isla Bonita... Y ahora qué? Pues un tour mundial. Lógico. Ella era la Reina de todas las listas de éxito del mundo, y le debía al mundo el recorrerlo con su música, y el mundo le debía a ella la adoración viva que no se siente escuchando un disco, ni bailando en una discoteca.
El Who´s That Girl Tour copiaba el nombre de su nueva película, y musicalmente se basaba en la banda sonora de la misma, donde Madonna coló cuatro canciones, y el triunfal True Blue (1986). Obviamente, se rescataban también enormes éxitos de sus dos primeros discos, Like A Virgin (1984) y Madonna (1983).
No eran todavía espectáculos llenos de coreografías imposibles, vestuarios increíbles y pantallas de vídeo futuristas. Eran conciertos de música, con mucho baile, mucho encanto y mucho trabajo.
No había segmentos temáticos, sólo enlaces de canciones, mucha alegría e interacción con el público.
El concierto comenzaba de un modo icónico, con Madonna silueteada tras una pantalla, bailando en una silla, inspirandose, por vez primera (volvería a hacerlo a lo largo de los años) en uno de los musicales por excelencia: Cabaret. La pantalla desaparecía, y su sola sonrisa ya deslumbraba. Open Your Heart, su canción favorita de True Blue, era la que abría el espectáculo. Y ella. Ella sola. Recorriendo el enorme escenario dando carreritas (a expensas de su voz, eso sí) y animando, calentando a su público.... El vestuario: Un corsé negro, cuyos senos tenían copas metálicas y flecos. Sin duda inspiraron a Gaultier años después.... Pero en 1987 un artista no se permitía tener a un diseñador de primera fila a cargo del vestuario de un concierto. Más modestamente, Madonna tenía a su estilista, Marlene Stewart, como diseñadora. Sencillo, pero efectivo. El corsé fue el primero vestido por Madonna en un escenario, y fue distintivo de su imagen. Hasta la llegada del corsé de Gaultier, claro. Durante Open Your Heart, iban apareciendo los bailarines que la acompañarían el resto del show. Incluyendo al pequeño Chris Finch, muy recurrente durante el espectáculo.... Lucky Star le seguía. Esta vez completamente sola, en una nueva encarnación del solista de toda la vida delante de un micrófono.Antes de empezar a correr de


Para True Blue, un vestido de cocktail inspirado en el rock and roll americano






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